Alguna vez has tenido la sensación de que la lucha es un estado tan incomprendido como pueda llegar a ser la sangre que recorre tu rostro, un chorro que empieza en tu frente, recorre tu nariz bajo gotas que vas viendo como salpican tu alma, tus ideas y tu corazón.
Con la mirada partida en dos bajo esa columna perpetua de sangre que chorrea incesantemente vas observando como la vida se va partiendo en dos, esas ideas y esa lucha ya no tiene sentido, nadie es ya capaz de morir de pie y cada vez nos arrodillamos mas fuerte y nos incrustamos en el asfalto para así evitar cualquier tipo de problema. Somos como aquellos dioses que desaparecieron del cielo buscando un paraiso terrenal que jamás llegaron a merecer.
Hoy, las palabras se crujen en mil pedazos, las sensaciones son estados simples y el sentimiento de cansancio se apodera la perseverancia del ser humano.
Quizás el asfalto sea demasiado ancho y la carretera sin fin, pero hoy la lucha continúa, para todo aquel ser humano que quiera seguir batallando, que vea la impetuosa necesidad de sacrificar su estado por conseguir ser mejor humano y mas ser. Para todos ellos, mi incondicional apoyo.
Contigo en la hora de nuestra muerte, amén.
Soy Nicolás Franze...quizás no tenga derecho a tener derecho, pero otros tienen derechos a poseer que jamas merecieron tener. Desde aquí una vez mas. No te canses de pisar el asfalto, lucha por lo que crees que mereces, hazlo incondicionalmente, tendras mi apoyo perpetuo desde el fondo de mi vida y mi ser. Cada vez que tu dices -aguante- creas en mi una perpetua fuerza incandescente. Un beso viejo.
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