miércoles, 30 de mayo de 2007
Ruidos de cascanueces.
Condenan o ensalzan, te ayudan a formar parte de la buena, o de la mala historia, recordando de por vida y castigando perpetuamente ese significado que se dió, o la interpretación que homogeneamente se aparcó escritas en papel, enunciadas en radio o dibujadas en la televisión.
Amenazadoras, inteligentes, despectivas, solemnes, puras, intratables, condenatorias, rigurosas, espasmódicas, insatisfechas, perpetuas, cariñosas, divertidas, alegres, satisfactorias, correctas, altruistas... las encontramos y conocemos de muchas maneras, pintadas en decenas de colores, mudas como templos, euforicas como aliento en medio del Amazonas, las hay que llevan carisma y otras la poseen como una percha en armario de madera repintado.
Saben a gloria, aunque en ciertas ocasiones parece que sobran. Su sabor puede ser dulce, amargo, o "insaboro", todo depende del tacto que se les proporcione.
Cada cuál las utiliza como mas comodo las sienta, unos le ponen el punto, otros hacen un circulito, algunas solo existen en algunos lugares, ciertos individuos pretenden ser poseedores de ellas y que todas y cada una sean utilizadas como solo estos pretenden. Otros las transforman, acortan, alargan, manejan y "atoran".
Se intenta hacer razon absoluta, significarlas, destrozarlas, pulirlas, llanarlas e incluso matarlas, pero jamás morirán. Todos y cada uno de nosotros poseemos de ellas, y ninguna es igual, su amor, pasión, ternura, aprecio y afecto que les ponemos es diferente, por ello las adoro y admiro, las quiero y ante todo las respeto.Palabras.
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